La batalla legal entre Mauro Icardi y Wanda Nara sigue abriendo heridas en los medios argentinos y en la justicia local e internacional. En medio del escándalo de su separación, trascendió el enérgico descargo de la abogada que representa al futbolista, quien afirma que Icardi «aniquiló» a su exesposa al revelar, supuestamente, conductas cuestionables de la empresaria frente a sus hijas. Según la letrada, el delantero quedó devastado ante lo que interpretó como una conducta inapropiada de la madre de sus hijas, y decidió llevar el caso hasta las últimas consecuencias, a juzgar por la agresividad de la estrategia judicial.
La abogada recalcó en distintas intervenciones mediáticas que Icardi decidió tomar el papel de «padre comprometido y denunciante», movilizando todas las herramientas legales a su alcance para proteger el interés superior de las menores. En sus declaraciones, aseguró que, pese a la presión mediática y al clima de enemistad pública, su defendido se mantuvo firme en su postura de priorizar el bienestar de las chicas, incluso cuando eso implicó exponer cuestiones privadas de la madre en la esfera judicial.
El contrapunto no fue bien recibido por el entorno de Wanda Nara, que calificó la jugada de Icardi como una estrategia de desgaste personal y mediático, resaltando que la mediática siempre ha sido una madre presente y responsable. Según allegados de la empresaria, la denuncia de Icardi responde a un intento de incidir en el proceso de divorcio en Italia, donde se investigan supuestas conductas adulterinas de ambos y podría definirse el reparto patrimonial y, eventualmente, la tenencia de las hijas.
El conflicto entre Icardi y Nara no se limita solo a los tribunales italianos, sino que también tiene ramificaciones en Argentina. Allí, el futbolista llegó a presentar una denuncia penal por supuesto «desamparo» de las menores, aunque la causa fue archivada recientemente tras una investigación judicial. El propio Icardi celebró la resolución en sus redes sociales, asegurando que era previsible el archivo de la causa y acusando a Nara y a su primer exmarido, Maxi López, de «usar a los menores» para perjudicarlo.
A medida que avanza el litigio internacional, crecen los interrogantes sobre la veracidad de los argumentos de ambas partes y la repercusión que tendrá el conflicto en la vida de las hijas. La abogada de Icardi insiste en que su defendido no busca revancha, sino protección para las nenas, mientras que el entorno de Wanda invoca el derecho a la privacidad y el daño emocional que pueden causar las declaraciones públicas. Con procesos en dos países y acusaciones cruzadas, el caso exhibe la dificultad de separar lo público, lo privado y el impacto en la infancia cuando el conflicto se judicializa y se mediatiza en escala global.
Por ahora, la tercera audiencia de divorcio en Milán está prevista para el 8 de julio, con la justicia italiana analizando si hubo o no conductas adulterinas por parte de ambos antes del famoso «Wandagate», hecho que podría alterar el acuerdo patrimonial y la custodia de las menores. El procedimiento en Argentina, en tanto, sigue generando polémica por la posible existencia de trámites de divorcio presentados sin el consentimiento de una de las partes, y por la judicialización tanto de la economía familiar como del cuidado de las hijas. El conflicto, lejos de amainar, parece aún lejos de su resolución definitiva.
