El conflicto entre Wanda Nara y Mauro Icardi vuelve a ocupar los principales titulares del espectáculo argentino, confirmando que, lejos de apaciguarse, la disputa suma nuevos capítulos cada semana. Recientemente, la empresaria y el delantero del Galatasaray escalaron su enfrentamiento judicial y mediático, intercambiando acusaciones públicas sobre el cumplimiento de las obligaciones parentales y los viajes de trabajo al exterior.
La última decisión judicial sorprendió a muchos: la Justicia argentina dispuso el embargo de bienes a Icardi, lo incluyó en el registro de deudores alimentarios y le aplicó una multa diaria de 3.500 dólares hasta regularizar el pago de la cuota alimentaria de sus hijas en común con Nara. Además, si el futbolista entra al país, enfrenta la prohibición de salir hasta saldar la deuda, y el embargo afecta directamente una propiedad en la que reside junto a Eugenia «la China» Suárez, su actual pareja.
Wanda Nara no dejó pasar la oportunidad de responder a las críticas de su exmarido, especialmente aquellas referidas a sus frecuentes viajes al exterior. Mediante un contundente mensaje en sus redes sociales, la empresaria afirmó: «Mucho más digno es trabajar que mirar mis historias todas las noches para saber qué hago. Mientras incumplís, yo pago todo con mi trabajo», dejando en claro que, según su versión, es ella quien sostiene la economía de sus hijas. En ese mismo descargo desmintió rotundamente tener deudas o multas con la Justicia y redobló la apuesta al pedirle a Icardi que «se ocupe de ser padre de sus hijas y no de otros».
Por su parte, Icardi contraatacó ante la Justicia denunciando que Nara habría pasado casi todo el último mes fuera del país, acompañando su declaración con registros migratorios y publicaciones de la modelo que demostrarían su permanencia en España, México y Estados Unidos. Según el futbolista, su exesposa solo habría compartido seis días del mes con sus hijas, en medio de compromisos y negocios en el exterior. Este dato, presentado con detalles ante el juez, busca dejar en evidencia la difícil conciliación entre la carrera mediática internacional de Nara y sus responsabilidades familiares.
El entramado se complejiza todavía más con rumores en torno a la relación de Icardi con la China Suárez y la posibilidad de un embarazo, noticia que la propia Nara deslizó ante la prensa tras una misteriosa llamada telefónica con su ex. La empresaria, sin embargo, dejó en claro que no urge comunicar nada oficialmente y pidió respeto a la privacidad, marcando distancia sobre los nuevos dramas familiares.
De este modo, el caso expone no solo una guerra judicial y económica, sino también las tensiones propias de una separación atravesada por la fama y la exposición mediática. Mientras las redes y los tribunales siguen de cerca cada movimiento, queda en evidencia que la vida privada de Nara e Icardi se ha transformado en materia pública y que la batalla, por ahora, está lejos de su fin.