Cacho Garay, el reconocido humorista mendocino de 62 años, enfrenta uno de los momentos más delicados de su vida. El viernes pasado fue internado de urgencia en el Hospital Italiano de Mendoza luego de una descompensación relacionada con problemas arteriales, un cuadro agravado por sus antecedentes de diabetes y dificultades vasculares persistentes. La noticia se difundió rápidamente y generó una ola de preocupación no solo entre sus seguidores, sino también en el ámbito artístico, donde colegas y amigos manifestaron su apoyo y acompañamiento en este duro trance.
Según los partes médicos difundidos, Garay debió ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia para realizar una limpieza profunda en el cuarto dedo de su pie izquierdo, que es el foco principal de la afección. Los profesionales advirtieron que, en caso de que el tratamiento actual no dé resultados positivos, podría ser inevitable avanzar hacia la amputación del dedo o, incluso, de una mayor porción del pie para frenar la propagación de la infección y evitar consecuencias aún más graves.
El estado de salud del humorista es seguido hora a hora por el equipo médico, que mantiene un pronóstico reservado y monitorea su evolución constantemente. Tras la primera cirugía, Garay fue derivado a una sala común, pero permanece bajo estricta observación por parte del personal de salud, que evalúa permanentemente los próximos pasos para preservar su bienestar. Sus familiares y amigos, por su parte, se mantienen en contacto constante con los médicos, pendientes de cualquier novedad que pudiera surgir en las próximas horas.
Paralelamente a su frágil estado de salud, Garay atraviesa un proceso judicial que continúa su curso. El artista había recibido el beneficio de la prisión domiciliaria, justamente debido a sus problemas de salud, pero en abril pasado la Justicia determinó el cese de dicha medida, permitiéndole recuperar la libertad con restricciones: no puede salir de Mendoza ni del país y debe presentarse semanalmente ante la fiscalía, además de afrontar una caución económica aumentada de 5 a 7 millones de pesos. El motivo del proceso judicial se remonta a una denuncia por violencia de género presentada por su expareja, Verónica Macías.
La combinación de su delicado cuadro clínico y las obligaciones judiciales hace que el presente de Cacho Garay esté lleno de incertidumbre y preocupación. El deseo de todos los que lo rodean, así como el de su nutrido grupo de seguidores, es que logre salir adelante. Por ahora, la atención permanecerá puesta en lo que decidan los médicos en los próximos días, con la esperanza compartida de que el querido humorista pueda superar este difícil momento y recuperar su salud.
