En un acto de valentía y transparencia, Jonathan Müller, conocido en el mundo de la música como El Villano, compartió públicamente su diagnóstico de VIH. Este anuncio, publicado en su cuenta de Instagram, estremeció a sus seguidores y llamó la atención de la comunidad musical y social argentina.
El relato de El Villano es un viaje desde la oscuridad hasta la luz. Durante años, vivió una existencia marcada por excesos: alcohol, drogas y sexo desenfrenado. «Me despertaba cada mañana sin saber qué día era ni qué hora era», confesó en una entrevista. Sin embargo, detrás de su figura vibrante como intérprete de cumbia y del personaje que se había hecho lugar entre los escenarios y las pistas de baile, se ocultaba un hombre deshecho, luchando en soledad contra sus demonios.
La revelación de El Villano sobre su diagnóstico de VIH no fue un momento fácil. «Me sentía muy bien, en mi mejor momento de vida», recordó. Fue un dolor de panza y una sensación de cansancio lo que lo llevó al médico. Los análisis de rutina revelaron algo que cambiaría su vida para siempre: un resultado positivo para el VIH.
El Villano abrazó su dolor, su fe y su propósito. «Cuidá tu salud, conectá con Dios, y compartí este video así tomamos conciencia», pidió, como un grito de auxilio colectivo, como un puente tendido entre su historia y las vidas de quienes lo escuchaban.