El conductor de televisión enfrenta una acusación de corrupción de menores que califica como una extorsión. En un reciente reportaje, ofrece detalles sobre la situación y asegura tener pruebas para defender su inocencia.
El conocido conductor argentino Marley se encuentra en el centro de una controversia tras ser denunciado por presunta corrupción de menores. En una reciente entrevista en El noticiero de la gente, Marley se defendió de las acusaciones, alegando que se trata de una extorsión y que posee pruebas que demostrarían su inocencia.
Según el periodista Mariano Yezze, la denuncia fue realizada en la Ciudad de Buenos Aires por Adrián Alfredo Molina, quien reside en Miami. Molina habría viajado especialmente a Argentina para presentar la denuncia. Marley, sin embargo, sostiene que el caso es una maniobra de extorsión que se remonta a años atrás. «Lo conozco desde hace 25 años. Ambos éramos mayores de edad en ese entonces. Incluso, él estaba estudiando en la universidad y tengo pruebas que confirman la naturaleza sana de nuestra relación durante ese período», explicó el conductor.
Marley continuó detallando que su vínculo con Molina era positivo, incluso asistiendo a eventos familiares y ayudándolo en diversas ocasiones. Sin embargo, el tono de la relación cambió drásticamente cuando le solicitó una ayuda económica significativa que Marley no pudo proporcionar. «En 2002, Molina me pidió una suma grande de dinero debido a problemas financieros. No podía ayudarlo en ese momento y nuestra relación se enfrió», relató Marley.
El conductor argumentó que tras la negativa, Molina comenzó a hacer exigencias y amenazas. «El año pasado, comenzó a presionarme, exigiendo que hablara con su abogado y amenazando con llevar el asunto a la prensa si no accedía a sus demandas», señaló Marley. Esta situación, según él, confirma que se trata de una extorsión más que de una verdadera denuncia.
Marley subrayó que, aunque esta situación le ha causado gran incomodidad al tener que exponer detalles de su vida privada, está decidido a defender su honor y reputación. Asegura tener pruebas suficientes para demostrar que las acusaciones en su contra no son más que una maniobra de extorsión.